La atención, concebida como ese filtro de selección de la información más relevante procedente del medio que nos rodea, se ha venido convirtiendo con el paso de los años, en una de las cualidades perceptivas más estudiadas en el ser humano. Este complejo mecanismo de procesamiento de la información, está controlado por por distintas vías neurológicas e implica el apoyo de otros procesos cognitivos como la percepción o la memoria. Pero, además de su complejidad de funcionamiento, la atención nos permite llevar a cabo un amplio compendio de actividades de nuestra vida cotidiana. En este sentido, gracias a la la atención, podemos procesar la información más necesaria para nuestra actividad diaria, de modo que se vuele imprescindible a la hora de trabajar la cognición y para recabar conocimiento.
Este es uno de los motivos por el cual el estudio de la atención está recibiendo una gran acogida en la comunidad científica, que desde el punto de vista de psicología aplicada, le concede una gran importancia en diferentes ámbitos, pero especialmente en el educativo. Los avances en la identificación de Trastornos por déficit de atención y déficit de atención e hiperactividad, suman motivos para hacer una revisión concienzuda del término por considerar su implicación en los procesos perceptivos, cognitivos y motores en el desarrollo infantojuvenil. Además, su relación con el concepto de rendimiento en la realización de una determinada tarea, hacen de este proceso psicológico básico, uno de los mecanismos más importantes a la hora de abordar el aprendizaje.
Pero la atención, no es ni mucho menos, un concepto de fácil definición o clasificación. Para acercar el término que no deja de ser cotidiano, atender, significa discriminar entre miles de estímulos para seleccionar aquellos que son más relevantes para el organismo. Dicho de otro modo, cuando un niño te saluda, te está atendiendo en cuanto te selecciona como estímulo visual al que decide concederle mayor importancia que al resto de personas u objetos presentes en dicho contexto. Pero a la vez, atiende a tu reacción ante su saludo, es decir, si eres amigable o no; atiende involuntariamente ante ti mismo como estímulo, cuando su aparato locomotor eleva su mano para ejecutar el saludo y a la vez puede estar atendiendo a muchos otros estímulos que le resulten de importancia, como por ejemplo una pelota que sale botando por su lado izquierdo o la voz de su madre al llamarlo. A mayores, es notable recalar que la atención en este caso es visual, auditiva, voluntaria, involuntaria, abierta, encubierta... Es decir, lo complejo de nuestro organismo y lo cotidiano que se dan en el típico ejemplo de atención del que conduce un coche. Has hecho tu trayecto habitual, pero ni siquiera te has dado cuenta de cómo has llegado a tu destino y para esto has tenido que atender a mil estímulos diferentes, como a seleccionar sus consecuentes respuestas.
Este es uno de los motivos por el cual el estudio de la atención está recibiendo una gran acogida en la comunidad científica, que desde el punto de vista de psicología aplicada, le concede una gran importancia en diferentes ámbitos, pero especialmente en el educativo. Los avances en la identificación de Trastornos por déficit de atención y déficit de atención e hiperactividad, suman motivos para hacer una revisión concienzuda del término por considerar su implicación en los procesos perceptivos, cognitivos y motores en el desarrollo infantojuvenil. Además, su relación con el concepto de rendimiento en la realización de una determinada tarea, hacen de este proceso psicológico básico, uno de los mecanismos más importantes a la hora de abordar el aprendizaje.
Pero la atención, no es ni mucho menos, un concepto de fácil definición o clasificación. Para acercar el término que no deja de ser cotidiano, atender, significa discriminar entre miles de estímulos para seleccionar aquellos que son más relevantes para el organismo. Dicho de otro modo, cuando un niño te saluda, te está atendiendo en cuanto te selecciona como estímulo visual al que decide concederle mayor importancia que al resto de personas u objetos presentes en dicho contexto. Pero a la vez, atiende a tu reacción ante su saludo, es decir, si eres amigable o no; atiende involuntariamente ante ti mismo como estímulo, cuando su aparato locomotor eleva su mano para ejecutar el saludo y a la vez puede estar atendiendo a muchos otros estímulos que le resulten de importancia, como por ejemplo una pelota que sale botando por su lado izquierdo o la voz de su madre al llamarlo. A mayores, es notable recalar que la atención en este caso es visual, auditiva, voluntaria, involuntaria, abierta, encubierta... Es decir, lo complejo de nuestro organismo y lo cotidiano que se dan en el típico ejemplo de atención del que conduce un coche. Has hecho tu trayecto habitual, pero ni siquiera te has dado cuenta de cómo has llegado a tu destino y para esto has tenido que atender a mil estímulos diferentes, como a seleccionar sus consecuentes respuestas.
La atención , concebida como ese filtro de selección de la información más relevante procedente del medio que nos rodea , se ha venido convi...