Quiero acostarme hoy, pero algo me ronda por la cabeza. Son más de las doce y no puedo dejar de pensar en la historia de Javier Fernández.
Así, con una simple lectura, parece un nombre corriente. De hecho, los medios de comunicación se han encargado de esto en los últimos días, de que pareciese un nombre del montón. Pero Javier Fernández allá donde esté, fue quien en su día marcaba, baqueta en mano, el ritmo de uno de los grupos más representativos del rock de los 90 en España. Los piratas. No era una cara o una historia más que añadir a la lista de sucesos de las noticias de las tres. Era un músico respetable, un docente, era padre, era compañero, era parte de mi historia y probablemente de la tuya también.
No puedo dejar de pensar en esa familia destrozada, fruto una vez más de la violencia que nos envuelve. Vivimos en una vorágine de agresividad que alimentamos cada día un poco más, con una nueva agresión, un nuevo golpe, otra muerte. Es lamentable como se genera violencia con el simple hecho de tener un arma en la mano, pero hoy no quiero hablar de violencia, porque no me la evoca una historia como esta, no me la trae a la cabeza.
Así, con una simple lectura, parece un nombre corriente. De hecho, los medios de comunicación se han encargado de esto en los últimos días, de que pareciese un nombre del montón. Pero Javier Fernández allá donde esté, fue quien en su día marcaba, baqueta en mano, el ritmo de uno de los grupos más representativos del rock de los 90 en España. Los piratas. No era una cara o una historia más que añadir a la lista de sucesos de las noticias de las tres. Era un músico respetable, un docente, era padre, era compañero, era parte de mi historia y probablemente de la tuya también.
No puedo dejar de pensar en esa familia destrozada, fruto una vez más de la violencia que nos envuelve. Vivimos en una vorágine de agresividad que alimentamos cada día un poco más, con una nueva agresión, un nuevo golpe, otra muerte. Es lamentable como se genera violencia con el simple hecho de tener un arma en la mano, pero hoy no quiero hablar de violencia, porque no me la evoca una historia como esta, no me la trae a la cabeza.
Recuerdo más bien, ahora nostálgica, las canciones que acompañaron los años de adolescencia y juventud, horas y horas de canturreos desgarrados bajo la noche al cerrar el bar, varios conciertos inolvidables. Y, como todo elemento curioso que acaba siendo objeto de este blog, recordé inmediatamente, el tema Filofobia del disco Ultrasonica, de esta banda irrepetible.
Filofobia
![]() |
Filofobia. Miedo a amar. |
Quiero acostarme hoy, pero algo me ronda por la cabeza. Son más de las doce y no puedo dejar de pensar en la historia de Javier Fernández. ...