Hoy me he levantado con mi desayuno favorito: tostadas, café y lectura. Y no precisamente en ese orden. De hecho, lo que leo en las primeras horas de la mañana, capta más severamente mi atención selectiva y muy a menudo se queda alojado en un huequecito de mi memoria RAM. Entonces, empiezo a darle vueltas y vueltas y más vueltas... Y de pronto, por aprendizaje significativo comienzo a elaborar una tela de araña de pensamientos al rededor de un concepto.
Pues bien, esta mañana me desperté leyendo un artículo sobre maternidad real del blog TRASTADAS DE MAMÁ, que puedes leer AQUÍ. En él, Patricia, su autora, reflexionaba sobre los cambios en la maternidad a través de las redes sociales y cómo el modelo de crianza ha ido cambiando desde el universo 2.0.
De verdad que te recomiendo su lectura pues al menos a mí, me ha dado varios motivos para reflexionar.
Vamos allá.
Pues bien, esta mañana me desperté leyendo un artículo sobre maternidad real del blog TRASTADAS DE MAMÁ, que puedes leer AQUÍ. En él, Patricia, su autora, reflexionaba sobre los cambios en la maternidad a través de las redes sociales y cómo el modelo de crianza ha ido cambiando desde el universo 2.0.
De verdad que te recomiendo su lectura pues al menos a mí, me ha dado varios motivos para reflexionar.
Vamos allá.
EL EFECTO HALO EN LA INFANCIA.
El efecto halo es un sesgo cognitivo del cual ya hemos hablado AQUÍ. Se trataría de un engaño perceptivo mediante el cual juzgamos a una persona o situación por una característica señalada, generalizándola a toda su realidad.
El ejemplo más significativo del efecto halo es el que se produce con la belleza. Las personas bellas, según los cánones actuales mandan, son consideradas como más felices, afortunadas, con mayor éxito, etc., que el resto de la población. Esto es extrapolable a tantos campos que me quedaría sin letras: publicidad, marketing, música, cine, televisión, política...
Sin embrago, en esta ocasión, me gustaría centrarme en el efecto halo dentro del contexto de la infancia.
Crianza
- sábado, 30 de enero de 2016
EL EFECTO HALO EN LA INFANCIA Y SU IMPACTO EN LAS REDES SOCIALES.
Hoy me he levantado con mi desayuno favorito: tostadas, café y lectura. Y no precisamente en ese orden. De hecho, lo que leo en las primera...