Una de las etapas de la infancia que más me fascinan como docente, como madre y en general, es la etapa del porqué. Como ya sabrás, esta etapa que coincide con el desarrollo temprano del lenguaje (en torno a los 2 años de edad), está caracterizada por una constante búsqueda de la razón de nas cosas. A mí me gusta verla como una etapa de exaltación de la filosofía, que nuestros pequeños aun no conocen, pero que está ahí con sus preguntas sobre los motivos del mundo (eso sí, el que les rodea).
Generalmente cuando los pequeños atraviesan esta etapa, en muchas ocasiones son respondidos mediante contestaciones sarcásticas. A veces incluso, se tiende a hacerles saber que su insistencia es absurda o pesada. Pero lo cierto es que los niños se encuentran en un momento en el cual lo único que desean es explorar y conocer. El saber tiene una gran trascendencia en este momento de sus vidas.
A veces, creo que tenemos mucho que aprender de los niños. Cuando estos se ven inmersos en esa vorágine de conocimiento, emplean a los adultos como medio para reforzar sus aprendizajes. Esto no quiere sino más que indicarnos la importancia que conceden a nuestros conocimientos. Por este motivo creo que es muy necesario darles respuestas siempre que las requieran, por más absurdas que los parezcan sus preguntas; pero también creo que es necesario que Imitemos su modus operandi.
Preguntar a la infancia te mostrará más de su interior y de su manera de contemplar el mundo. Muchas veces las preguntas nos hacen meditar y pensar en nuestra realidad y los niños no son una excepción, por menos edad que tengan. Así que te propongo estas 14 preguntas para interrogar a tus alumnos, a tus hijos, a esos locos bajitos. Muchas puede que ya las hayas formulado, otras puede que te parezcan un disparate. En resumen, esta es una compilación de preguntas que no le estamos haciendo a la infancia que nos rodea.
Una pregunta muy socorrida de los adultos a la hora de contestar algo que no conocemos es el ¿A ti qué te parece? De los mismos productores de ¿Y tú que opinas? o ¿Tú qué piensas?, esta pregunta inicia un debate con el niño, aquel en el cual le das la importancia que merece. Su opinión es importante.
En ocasiones no nos damos cuenta de que si nuestro tiempo vale oro, el de ellos que viven la mejor etapa de sus vidas, vale más. Entonces los metemos en mil actividades extraescolares, o bien organizamos fines de semana a nuestro antojo, pero, ¿estamos realmente contando con su opinión para gestionar su tiempo?
Y si el tiempo es importante, no menos el destino. Existen multitud de lugares a los que nuestros pequeños quieren llegar. Nosotros sólo somos el canal que los acerca.
A veces, da la impresión que en nuestra sociedad, los más pequeños ya no tienen héroes. No tienen a quién admirar con el alma. Un dibujo animado especial, un personaje de un cómic, un cantante, un ídolo a quien seguir. Los pobres pertenecen a la era del marketing y no se les da la opción de descubrir lo mágico que hay en los estandartes de la vida. Quizás si les preguntamos, consigamos su implicación en el arte de admirar a las personas.
Música, pintura o dibujo, escultura, danza, dramatización, grafiti, nuevas tecnologías, código morse, código de gestos, señales de humo... Cualquier medio para expresarse es válido si resulta eficaz para transmitir lo que quieren decir. No coartemos la expresión de nuestros chicos con la palabra. Existen mil opciones, ¿por qué no preguntarles cuál es la suya?
Con esta pregunta estás conociendo más de sus fortalezas que con mil años de convivencia.
No me olvido de #soyquiendecide, la campaña de Realkiddys que te propone libertad en la elección de los juguetes. Somos muy deterministas, en ocasiones, cuando decidimos por los niños con qué o a qué jugar. Si les preguntásemos más a menudo por sus gustos personales, probablemente nos llevaríamos una sorpresa.
Una pregunta que repetimos hasta la saciedad con nuestros chicos es la tan manida: ¿Qué quieres ser de mayor? Con esta pregunta estamos dilapidando de golpe, todas las oportunidades de desempeño que un niño tenga a la edad que sea. Nunca es temprano para que alguien descubra su auténtica pasión. Si Mozart componía con 5 años, si Truman Capote sabía a los 6 años que quería ser escritor, si Steve Jobs decidió su futuro con 12 años el día que vió por primera vez una computadora; no les preguntemos a los niños por un futuro incierto, preguntémosles de sus pasiones ahora.
Me parece muchas veces ridícula la manera que tenemos de inculcar en los más pequeños el modo de gastar el dinero, siempre pendientes del ahorro y del aprendizaje en la cultura de no gastar para tener ese famoso "colchón" con el que también nosotros crecimos. Pero lo cierto es que no les enseñamos a nuestros chicos a invertir, a gestionar el dinero. Y lo más sangrante es que nunca les preguntamos sobre el dinero que nosotros empleamos (tanto a nivel familiar como en cuestiones de localidad o gobierno central, ¿por qué no?). Seguramente se sentirían más importantes y necesarios si los incluyéramos en las finanzas de la casa, el colegio, el instituto, etc.
Es francamente difícil mostrarles a los niños la magnitud de la lectura si limitamos su contenido. Estoy hablando de las lecturas obligadas en colegios e institutos, de los deberes consistentes en leer tal libro, en la imposición. Mostrémosles un abanico amplio de lo que como adultos que tienen detrás de sí toda una vida de lecturas conocemos y después preguntémosles a ellos. Que decidan.
Una pregunta muy lógica que no siempre formulamos a la infancia es ¿qué te aburre? Así de simple y así de complejo, pues las respuestas a esta inocente cuestión podrían una vez más, sorprendernos. Las actividades aburridas generan en los chicos situaciones de impotencia, estrés y frustración. Puede que tú consideres que esta u otra actividad son muy divertidas, pero si no les preguntamos, nunca sabremos si ellos están aburriendo. Y sí, aunque el lenguaje corporal muchas veces es más que decisivo, no siempre los niños son tan expresivos como para mostrarlo con sus gestos. Debemos preguntarles directamente para que sus respuestas sean más comprensibles y claras.
Esta pregunta me encanta. Nos servirá para conocerlos en profundidad, para conocer de sus aspiraciones y de sus pasiones. Es imprescindible.
Voy dejando para el final las preguntas más decisivas, las que pueden suponer el bienestar mayor para los nuestros. En pleno cambio metodológico de la enseñanza, guiado por las TIC y la multimetodología que proviene de las diferentes fuentes de información, hay una pregunta que todavía no estamos haciendo muchos. ¿Qué quieres aprender? Tenemos muy claro lo que los niños deben aprender, pero nunca les preguntamos por sus intereses (al menos no es mi caso, sé que hay profesionales que lo hacen mediante el trabajo por proyectos y metodologías similares). Deberíamos mirar menos el currículo y más a los niños que tenemos en frente, menos los aprendizajes más tradicionales y más a sus ojos. Esta pregunta es tan necesaria como una buena Ley educativa, tanto como un buen libro de texto, tanto como una gran actividad, como un sistema de evaluación, como una programación o una fiesta escolar.
Y por último, una pregunta que es más que necesaria en estos momentos. Tenemos que comprometernos con un cambio en la visión de la infancia. Múltiples estudios sobre su cognición vienen a respaldar la idea de que ni mucho menos son inferiores a nosotros. Debemos, les debemos, la oportunidad de expresarse y de contar al mundo sus perspectivas. Formulémosles preguntas para que se puedan expresar libremente y sin ataduras, sin complejos, desde la espontaneidad y la normalidad de quien tiene algo que decir. Dejemos que la infancia hable.
Preguntémosles.
Preguntémosles.
12 comments
Como siempre me encanta !!! Mi chico aún es pequeño para hablar, pero ya va contestando a su manera ... Gracias por compartir y abrirnos los ojos de que los niños son "personitas" mayores.
ResponderEliminarGracias a ti, Ana, por todo. Por pasarte por aquí, por tus palabras siempre amables y por tu visión positiva. Te envío un beso enorme, guapa!
ResponderEliminarGenial!
ResponderEliminarGracias, Alexandra! Me alegra que te guste!
EliminarLas preguntas y respuestas de los niños son fascinantes pues vienen de una mente aún no condicionada. Suzuki Roshi, un maestro zen japonés dijo en cierta ocasión: <>. Aprender a verlo todo con ojos de niño, un gran aprendizaje.
ResponderEliminar¡¡Me quedo con esa frase de oro, Josep!! Me ha encantado. Un aprendizaje muy necesario y muy poco empleado, lamentablemente. Gracias por pasarte por La atención selectiva. ¡Saludos!
Eliminarme parece una propuesta super interesante, creo que los niños deben ser los protagonistas de su crecimiento y su formación, nosotros los que los guiemos y sostengamos en ese camino, pero contar con ellos para que finalmente se conviertan en quien quieran ser me parece estupendo. creo que voy a tenerlo en cuenta desde ya, y eso que solo tiene 6 días jaja un beso!
ResponderEliminar¡Qué bello, seis días! Bueno, entre una y otra cosa, ahora un poco más. Gracias, Nuria, por tu comentario. Ese protagonismo que le darás a tu hijo, será su auténtica autonomía. Un saludo.
EliminarElvira qué lote de preguntas obligatorias!! Me parece, aparte de todo lo que ya comentas, que es algo más que necesario para que también aprendan a expresar sus pensamientos y sus emociones, a desarrollar la inteligencia emocional tan necesaria! Me encantan todas las preguntas y creo que muchas las llevo a cabo con la nena.
ResponderEliminarGracias por el aporte :)
¡Estoy segura de que sí, Mónica! Muchas de estas preguntas las hacemos por sentido común y efectivamente el componente emocional está más que asegurado.
Eliminar¡Gracias a ti por pasarte! Esta es tu casa.
Me ha encantado, me las apunto todas. Muchas ya se las hago a mis hijos, sobretodo por la noche cuando estamos relajados antes de ir a dormir, es impresionante lo que se aprende de ellos. Eso sí, la contrapartida es que luego ellos también te fríen a preguntas!
ResponderEliminar¡Ohhhhh! El momento mágico de antes de dormir. Me encanta. Y me encanta eso que dices, Ángeles, lo que se aprende de ellos. Pues sí, tienes razón, aprendemos y mucho.
EliminarGracias por tu comentario.