Una de las últimas corrientes pedagógicas que van cobrando peso con el paso de los días en la actualidad educativa es, sin duda, el empleo del sentido del humor en las aulas. Con el despegue de la Educación emocional y el estudio de la interconexión de las emociones con el aprendizaje, se ha puesto de manifiesto algo que aunque básico no parecía entenderse hasta la fecha. El sentido del humor y los estados anímicos felices y alegres, hacen que se aprenda mejor y que los aprendizajes sean más duraderos. A mayores, con el auge de la psicología positiva sabemos, que sólo cuando una persona es feliz, está predispuesta para el aprendizaje.
Sin embargo, el humor es, por tradición, un elemento que no se asocia con los diferentes sistemas educativos o modelos pedagógicos. Desde la disciplina hasta la memorización o incluso la autonomía se han colado en las aulas, pero el humor parece cosa de dos o tres maestros sarcásticos, con no muy buena fama, que apuntalan frases lapidarias y momentos desternillantes desde sus clases.
Efectivamente habelos hailos, como as meigas; esos docentes que atendiendo al buen clima del aula se esfuerzan por emplear el chiste o la comparación grotesca o incluso bizarra, para hacer de sus clases la anécdota del día. Y que quieres que te diga, probablemente los alumnos recuerden mejor esa anécdota que la capital de Madagascar o de Sri Lanka. El caso es, que si bien conceptos como la ironía son una de las primeras muestras de intelecto en los más pequeños, el sentido del humor no es lo más característico en nuestras aulas; aunque en Twitter...
Uy, en Twitter...
Sin embargo, el humor es, por tradición, un elemento que no se asocia con los diferentes sistemas educativos o modelos pedagógicos. Desde la disciplina hasta la memorización o incluso la autonomía se han colado en las aulas, pero el humor parece cosa de dos o tres maestros sarcásticos, con no muy buena fama, que apuntalan frases lapidarias y momentos desternillantes desde sus clases.
Efectivamente habelos hailos, como as meigas; esos docentes que atendiendo al buen clima del aula se esfuerzan por emplear el chiste o la comparación grotesca o incluso bizarra, para hacer de sus clases la anécdota del día. Y que quieres que te diga, probablemente los alumnos recuerden mejor esa anécdota que la capital de Madagascar o de Sri Lanka. El caso es, que si bien conceptos como la ironía son una de las primeras muestras de intelecto en los más pequeños, el sentido del humor no es lo más característico en nuestras aulas; aunque en Twitter...
Uy, en Twitter...
Una de las últimas corrientes pedagógicas que van cobrando peso con el paso de los días en la actualidad educativa es, sin duda, el empleo d...