Con un cansancio fuera de lo paranormal y muchos retos y experiencias vividas, cerramos este ciclo que comenzamos con el mayor de los miedos y las angustias.
El curso COVID se acaba.
Con los ecos de nuevas fases en las cuales iremos prescindiendo de la mascarilla en las zonas abiertas, le decimos adiós a un curso escolar lleno de sacrificio y dureza sin precedentes. Hacemos balance, recordamos lo aprendido y una vez más llega ese momento. El de las notas. Yo ya lo escribí por aquí, a mí lo de las notas me sigue pareciendo un engaño, pero qué remedio, si quieres trabajar en este mundo llamado educación, has de pasar por el aro.
Como todos los años, he calificado uno a uno a mis estudiantes, pero eso sí, este año no me he podido resistir y he enviado una nota más para casa. Una nota, una calificación, que pueda acercarse a la que les pongo por este duro año de trabajo. Un número que evalúe su gran esfuerzo, pero no uno comprendido entre el uno y el diez.
Esta es la carta a las familias de mi alumnado que envío para tomar conciencia de lo aprendido este año, que solamente puedo calificar con un gúgol.
El término gúgol (en inglés: googol, que ha dado nombre a la marca comercial Google) es el nombre de un número acuñado en 1920 por Milton Sirotta, un niño de 9 años, sobrino del matemático estadounidense Edward Kasner. Kasner anunció el concepto en su libro Las matemáticas y la imaginación. Isaac Asimov dijo en una ocasión al respecto: «Tendremos que padecer eternamente un número inventado por un bebé». Un gúgol es un uno seguido de cien ceros, o lo que es lo mismo, en notación científica, uno por diez a la cien.
1 gúgol = 1 x 10100 = 10 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000
El gúgol no es de particular importancia en las matemáticas y tampoco tiene usos prácticos. Kasner lo usó para ilustrar la diferencia entre un número inimaginablemente grande y el infinito. A veces es también usado de esta manera en la enseñanza de las matemáticas.
22-VI-2021
Queridas familias,
Por fin llega el tan ansiado momento de las notas académicas que opacan todo el trabajo realizado a lo largo del curso escolar. De nada valen todos los esfuerzos, todo lo alcanzado por vuestras hijas y vuestros hijos, que ven reducido a un número del 1 al 10 las horas de estudio, de lecturas, de trabajo de contenidos, de sacrificio.
No es culpa de ellas y de ellos, tampoco vuestra. La sociedad es así. Se encarga de irles clasificando desde que son infantes y el modelo educativo hace de este hecho, una cotidianidad. En lo personal, yo ya me he acostumbrado a este procedimiento. No olvidéis que con su nota, también me puntúo a mí misma, también me evalúo y clasifico todo mi trabajo de este año en una simple estadística.
El caso es que dentro de esta cotidianidad ya no me resulta difícil puntuar un examen, hallar una media aritmética, evaluar una prueba. Pero este curso escolar, es diferente.
¿Cómo evaluar todo el esfuerzo que han mostrado en esta situación histórica sin precedentes, entre protocolos, geles hidroalcohólicos, mascarillas, filas, distancias de seguridad, falta de contacto, etc.? ¿Cómo poner una nota al hecho de aguantar este momento en el que hemos normalizado un comportamiento poco afectuoso? No nos engañemos, cada vez que dijimos que lo estaban haciendo muy bien, también los habituamos a un contexto que para ellas, para ellos, ha sido injusto.
Así que yo os digo, que me niego a evaluar únicamente un contenido académico, porque este año han aprendido muchas cosas que no vienen en el currículum, este año han alcanzado metas que no hubiésemos ni imaginado, este curso se han superado y han construido aprendizajes de los de “para toda la vida”.
Creo que cuantificar todo lo que han aprendido con un gúgol,
es quedarse corta. Así que, espero que hoy, en la puerta del
colegio, o cuando habléis con los vecinos de las notas que han
sacado, valoréis el cómputo global de todo el trabajo de un curso tan difícil como extraordinario. Ya podéis decir orgullosos y orgullosas que la
nota de vuestras
hijas y de vuestros hijos, ha sido un gúgol.
Con cariño y llena de agradecimiento por vuestra colaboración, la tutora, Elvira.
Con un cansancio fuera de lo paranormal y muchos retos y experiencias vividas, cerramos este ciclo que comenzamos con el mayor de los miedos...