1 de septiembre, vuelta al trabajo.
¿Te creías que esto era como el anuncio de la lotería? Pues no, que mañana trabajas. Mañana llega el primer día de septiembre y con él la rutina. El ocaso del verano nos anuncia que un nuevo curso escolar comienza y pronto volveremos a ponernos los trajes de maestros, cuando no, de guerreros vikingos; entre ojeras, tizas, bufandas y muchos nervios. Recientemente, en uno de los muchos grupos de Facebook en los que participo, se planteaba la siguiente pregunta:
Y a pesar de mi pronta respuesta, me ha dado mucho para reflexionar en estos días, esta pregunta de un colega de profesión. Inmediatamente pensé en mis compañeros, volver a verles, saber de sus vidas, darnos esos achuchones de inicio de curso,... Pero realmente, no se me ocurrió hasta más tarde pensar que el 1 de septiembre no es un día cualquiera, y los sentimientos que me evoca, son mucho más que un simple:
Cuando pones un pie en el colegio al que le vas a dar cientos y cientos de horas de trabajo durante más de nueve meses, en realidad, estás aceptando un compromiso. Para empezar, con ese primer paso estás accediendo a dejarte la piel para trabajar con toda esa gente a la que saludas. De esta gente, no te importa sólo lo buenos compañeros que sean (en mi caso es así y me quedo corta) o que no, te importa que tenéis que hacer un trabajo en común, en equipo, mano a mano, desde el apoyo y la ayuda, y también desde la cooperación. Con esos achuchones firmas el contrato moral de trabajar codo con codo, y esto, es fantástico. Pero no todo será trabajo. También habrá risas y recreos sin guardia con charlas de innumerables temas, desde los más triviales hasta los más trascendentales, e incluso en alguna ocasión que otra, de los más personales. Esos recreos que pasan en un suspiro y a todo correr, esos que desde fuera se ven como una hora tomando el café. Así que para empezar, el 1 de septiembre me evoca ese deseo de saludar a los míos, a mi centro, pero también de comprometerse a trabajar en equipo. Ahí es nada.
¿Te creías que esto era como el anuncio de la lotería? Pues no, que mañana trabajas. Mañana llega el primer día de septiembre y con él la rutina. El ocaso del verano nos anuncia que un nuevo curso escolar comienza y pronto volveremos a ponernos los trajes de maestros, cuando no, de guerreros vikingos; entre ojeras, tizas, bufandas y muchos nervios. Recientemente, en uno de los muchos grupos de Facebook en los que participo, se planteaba la siguiente pregunta:
¿Qué os parece o qué sensación tenéis el primer día en el centro? Me refiero al 1 de septiembre.
Y a pesar de mi pronta respuesta, me ha dado mucho para reflexionar en estos días, esta pregunta de un colega de profesión. Inmediatamente pensé en mis compañeros, volver a verles, saber de sus vidas, darnos esos achuchones de inicio de curso,... Pero realmente, no se me ocurrió hasta más tarde pensar que el 1 de septiembre no es un día cualquiera, y los sentimientos que me evoca, son mucho más que un simple:
Mari Pili, ¿qué tal tu verano?
Cuando pones un pie en el colegio al que le vas a dar cientos y cientos de horas de trabajo durante más de nueve meses, en realidad, estás aceptando un compromiso. Para empezar, con ese primer paso estás accediendo a dejarte la piel para trabajar con toda esa gente a la que saludas. De esta gente, no te importa sólo lo buenos compañeros que sean (en mi caso es así y me quedo corta) o que no, te importa que tenéis que hacer un trabajo en común, en equipo, mano a mano, desde el apoyo y la ayuda, y también desde la cooperación. Con esos achuchones firmas el contrato moral de trabajar codo con codo, y esto, es fantástico. Pero no todo será trabajo. También habrá risas y recreos sin guardia con charlas de innumerables temas, desde los más triviales hasta los más trascendentales, e incluso en alguna ocasión que otra, de los más personales. Esos recreos que pasan en un suspiro y a todo correr, esos que desde fuera se ven como una hora tomando el café. Así que para empezar, el 1 de septiembre me evoca ese deseo de saludar a los míos, a mi centro, pero también de comprometerse a trabajar en equipo. Ahí es nada.
1 de septiembre, vuelta al trabajo. ¿Te creías que esto era como el anuncio de la lotería? Pues no, que mañana trabajas . Mañana llega el...