Educación sábado, 20 de enero de 2024

¿Escribimos peor?

En una población mayoritariamente visual que está constantemente expuesta a un modelo incorrecto, un modelo apremiado por la rapidez, en el que WhatsApp, redes sociales y hasta rótulos televisivos se escriben con el único apunte a la celeridad; cabía esperar que el aprendizaje hiciese su trabajo. Hemos mal aprendido a escribir con errores gramaticales, sintácticos y ortográficos que repetimos por pura exposición a este modelo fallido.


Pero, también hay que decir, que nunca la escritura estuvo tan presente, fue tan democrática y popular, y especialmente pública. Con la llegada de las redes sociales, los textos que antes quedaban relegados al uso personal, se han extendido e incluso "viralizado" y esto ha provocado que la escritura esté más expuesta. Escribimos peor desde que conocemos cómo escribe todo el mundo. También es una cuestión generalizadora y hasta soberana.


Evidentemente el ámbito educativo también tiene mucho que ver. Los currículos, cada día más extensos y las nuevas demandas del aprendizaje hacen que la escritura quede reducida en horario de protagonismo. En contrapartida, nuevos valores han pluralizado las destrezas escritoras, como la inclusión o la personalización de los aprendizajes.


¿Y qué ocurre con la caligrafía?


Ese acto de organizar las diferentes letras, sus espacios, el ajuste al material, la visión espacial necesaria para escribir de un modo armonioso y bello, está desapareciendo. En la escritura digital no se desarrollan todos estos procesos del pensamiento, pero, esto tendrá un doble sentido. Las habilidades motrices que desprenden el juego, las manualidades y el hacer con las manos también serán beneficiosas para la mejora de la caligrafía y estas son, últimamente, bastante escasas.


Pero antes de que me digas que la culpa de todo la tiene la tecnología, quiero comentarte que esta no es mi opinión. La culpa de todo, la tiene el estilo de vida que decidimos llevar, rápido y apresurado, sin cabida para pararse a escribir correctamente y con la debida importancia. Estamos más ocupados yendo de un lugar a otro que dejando que los niños y las niñas experimenten motrizmente y mejoren sus habilidades para poder escribir de un modo que ya hemos asimilado, es cosa del pasado. 


Escribir, un reto atemporal y variable.

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