psicología domingo, 21 de junio de 2015

¿LOS POLOS OPUESTOS SE ATRAEN? O EL PRINCIPIO DE SEMEJANZA.

¿LOS 
POLOS OPUESTOS 
SE ATRAEN?

      
       La atracción de pareja es una temática de tradición, abordada en la literatura, el arte y el cine, entre otras disciplinas. Con el paso de los años hemos comprobado como el amor romántico y la atracción por el otro han ido cambiando con las modas. Lo que en el pasado atraía de una pareja ya no es lo que suscita atención ahora mismo. Los mass media han hecho del simple acto de la seducción, todo un ritual que han ido modificando según las ventas. De este modo hemos pasado de las Nueve semanas y media al Crepúsculo, de la Lolita a la American beauty, de la Atracción fatal a las 50 sombras de Grey. Y esto con sólo mencionar el cine, que desde luego es el mejor reflejo de una sociedad, sin duda, cambiante. Pero hay clichés que no cambian. Y hoy vamos a desmontar uno de los gordos en La atención selectiva.

      Probablemente habrás escuchado muchas veces la tan manida expresión referida al fenómeno de la atracción con la que se inicia esta entrada. Pues bien, veamos si esto es cierto desde el punto de vista de la ciencia, que los polos opuestos se atraen. Y no, no estamos hablando de imanes.

      Pero antes de empezar, hablemos sobre atracción

      Si nos vamos (cosa que cada vez me gusta menos) a la RAE para identificar el significado de la palabra atracción, nos encontraremos varias acepciones que poco o nada tienen que ver con el hecho amoroso o de relación diádica. Significados relacionados con fuerzas y moléculas, con el ocio y el tiempo libre, con el espectáculo y poco más. Pero es que si nos vamos a la formación verbal, atraer, ¡más de lo mismo! Pareciera que el puritanismo se hiciera dueño por momentos de los diccionarios, como si lo primero que nos viniera a la mente a la hora de buscar un significado a la palabra atracción, no fuera el más natural, el más animal, el de la atracción de pareja. 

  ¿Qué es la atracción, entonces?


      Pues no es más que una predisposición a la evaluación positiva, hacia alguien con quien tenemos deseos de acercamiento. Cuanto más positiva es esta evaluación, tanto más positiva es la atracción, al igual que en el sentido contrario.


     
Pero son las razones o motivos por los cuales nos sentimos atraídos por los demás los que generan más polémica y por eso han sido objetos de estudio. De hecho, existen cuatro motivos principales relacionados con las causas de la atracción.

       El primero de ellos, como seguramente ya has supuesto, es el atractivo físico. Si una imagen vale más que mil palabras, el atractivo de una persona genera atracción al mil por cien. Tanto es así, que las personas atractivas físicamente son tratadas más favorablemente que las que no lo son. Por si quisieras profundizar te propongo la lectura del efecto halo que ya abordamos con anterioridad en La atención selectiva.

      Además del atractivo físico, es importante a la hora de fomentar la atracción entre dos o más personas, el Principio de familiaridad o proximidad. El hecho de compartir proximidad geográfica, está demostrado que favorece la atracción, estando relacionado este principio con el efecto de la mera exposición, relatado en esta otra entrada (y con relación a la música y el marketing). Pero otro día lo abordaremos esta temática con más calma.

      El tercer motivo a tener en cuenta en el análisis de la atracción sería el principio de reciprocidad. Es decir, nos sentimos más atraídos por aquellas personas a las que les gustamos. Dado que el motivo de pertenencia, de formar parte de un grupo, de aceptación, está muy desarrollado en nuestra especie, tendemos a valorar positivamente a aquellos a quien agradamos. El hecho de que sostengamos, por lo general, que aquellos a quienes les gustamos no nos harían daño, supone un importante refuerzo en la atracción. Pero dejaremos este tema para centrarnos en el cuarto motivo de la atracción, que es el que define esta entrada.





      Así que, hasta ahora tenemos que la cercanía, el atractivo físico y la reciprocidad generan atracción. Pero esto no puede contestar nuestra premisa inicial. ¿Los polos opuestos se atraen?

      Tanto si ya has contestado en base a tu propia experiencia que sí o que no, esto es lo que tienes que saber sobre el principio de semejanza:

      El principio de semejanza mantiene que tendemos a sentirnos atraídos por otras personas que nos son semejantes. En un principio, los interesen comunes y vivencias similares, los mismos ambientes, generan atracción. 

      Un experimento de Donn Byrne, atestiguó este principio mediante un cuestionario que debían cumplimentar todos los sujertos experimentales acerca de actitudes propias. Recibió el nombre del "paradigma del falso desconocido", pues, se formuló a partir de un falso cuestionario que el autor hacía coincidir con los cuestionarios de los sujetos. Los resultados mostraron que a mayor semejanza, mayor era la atracción que se formaba hacia ese "falso desconocido"

      Por tanto, estaríamos en situación de asegurar que efectivamente los polos opuestos NO se atraen.

      Sin embargo, los estudios sobre la semejanza en la atracción fueron más allá de la mera semejanza de actitudes. En relación a la semejanza en los rasgos físicos, tendemos a buscar a personas con rasgos similares, lo cual se ha bautizado como la "hipótesis del emparejamiento". Buscamos parejas que continúen nuestro acervo genético, por tanto similares a nosotros físicamente. Sin embardo, en relación a los rasgos psicológicos, tenemos estudios que relacionan la atracción con procesos de autorregulación personal. Es decir, buscamos a personas cuyas características son aquellas que nosotros quisiéramos tener (yo ideal). Es decir, a nuestros opuestos en el caso de no sentirnos realizados con nosotros mismo (el yo real no coincide con el yo ideal); o bien, a personas semejantes en caso de vivir acorde con nuestros deseos, con lo que nos gustaría ser (el yo real y el ideal, lo que soy y lo que quiero ser, se identifican). 



      Porque incluso con todo esto, existe el principio de complementariedad, que sostiene que buscamos parejas que nos complementen, que nos sumen, que aporten nuevas experiencias a nuestro ser.

Así que ya tienes donde escoger. Por un lado la semejanza y por otro la complementariedad, nos indican que los polos opuestos pueden o no atraernos, como siempre dependiendo de nuestras características personales. En conclusión, que como todo en la vida, un amplio abanico de matices nos rodea. Nada es blanco o negro, y los polos opuestos... 








Las atracciones más interesantes son entre dos opuestos que nunca se encuentran. 

Andy Warhol




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