En pleno S. XXI, podemos afirmar que los modelos empresariales tienen una gran influencia en todos los aspectos de nuestra vida. Y como no cabría pensar de otro modo, el mundo de la economía y las finanzas es un espejo en el que se contemplan, cada vez más, nuestros modelos educativos. Podemos estar más o menos de acuerdo, pero lo cierto es que nuestras economías están tan fundamentadas en el conocimiento, como el conocimiento en sí, goza de su influencia. En este sentido, podemos afirmar que no son las sociedades con una mayor tradición o historia del conocimiento las que cuentan con una mejor proyección empresarial, sino que más bien, los países que han crecido económicamente en los últimos años son aquellos cuyas sociedades han aprovechado su conocimiento para crear nuevos productos y servicios. Es decir, el fenómeno de la creatividad, ha hecho de nosotros individuos exponencialmente productivos.
Pero antes de entrar en el meollo de esta entrada, antes de contarte como educación y empresa se han venido retroalimentado, antes de mostrarte la creatividad como una probabilidad segura de futuro tanto empresarial como educativo, antes de hablar de motivaciones intrínsecas o extrínsecas, antes de todo; hoy voy a comenzar por el final. Y para esto te propongo un visionado de poco más de dieciocho minutos que de verdad, valen la pena. Se trata de la charla TED, The puzzle of motivation de Dan Pink, que con más de cinco millones de visualizaciones nos cuenta con datos científicos cómo la creatividad ha inluido e influye en la productividad, dejando relegados los incentivos a las tareas más mecánicas. En pocos minutos adivinarás de qué vamos a hablar a continuación, pues la relación con lo educativo es más que evidente. Puedes acceder a esta ponencia en el siguiente
EDUCACIÓN Y EMPRESA.
Como habrás podido observar por esta ácida y sorprendente ponencia TED, el mundo de la empresa está íntimamente relacionado con el educativo. ¿Cómo si no, habremos heredado el aprendizaje basado en incentivos (premio-castigo), los resultados por objetivos, el establecimiento de horarios rígidos, la evaluación diagnóstica de los resultados,...? ¡Pero si hasta los famosos "encargados" son fruto del modelo empresarial! Yo me voy a mojar ahora mismo y te digo que creo que vamos al revés. Es decir, debiera ser la empresa la que se nutriera de los modelos educativos. Debiera ser al revés. Deberíamos tener, o merecemos tener modelos educativos inspiradores y autónomos que se centren en los intereses de nuestro alumnado y no tanto en la productividad, que es lo que persigue como es lógico el mundo de las finanzas y de la empresa.
Pero es que resulta que la empresa tampoco es el mejor de los ejemplos a seguir. En plena crisis económico financiera, ¿a quién se le puede ocurrir extrapolar lo empresarial a lo educativo? Un sistema que no funciona no puede ser el que gestione el rendimiento académico de nuestros alumnos.
Y como dice Pink en su charla:
This is a fact. (Esto es un hecho)
Es un hecho que este sistema no funciona, y mucho me temo que hemos heredado su mala praxis en muchos aspectos. Las tareas de índole repetitiva y de contenido mecánico son las protagonistas tanto en lo económico como en lo educativo, pero en la actualidad, con el auge en los avances tecnológicos, muchos empleos están siendo reemplazados por maquinaria especializada, dejando los recursos humanos para los puestos de trabajo relacionados con la toma de decisiones, la creatividad, el pensamiento lateral, etc.
CREATIVIDAD VS INCENTIVOS.
El problema de la vela al que se refiere Dan Pink en su ponencia es obra del psicólogo alemán Karl Dunker, quien en 1945, trató de medir el pensamiento lateral mediante dicho experimento. Sin embargo, no fue hasta años después, cuando el economista estadounidense Sam Gluckberg, que introduce la variante del tiempo de resolución de tarea; que se logra unos de los descubrimientos más sorprendentes en las ciencias sociales de nuestra historia. Los incentivos matan la creatividad. La teoría de la motivación extrínseca (aquella que procede de recompensas externas al individuo para su activación tales como un beneficio económico) nos dice que ésta no favorece en el desempeño de la tarea, ni en el tiempo que empleamos en realizarla. Es más bien, la motivación intrínseca, aquella que sale del pasión por la tarea, la que nos acerca a un modelo de aprendizaje (y como no, a un modelo económico) más productivo.
Nos lo dice claramente en su charla Dan Pink, pero aun así cuesta creerlo, ¿verdad? ¿Cómo realizar peor una tarea si nos incentivan positivamente? Ya no hablamos de evitar un castigo, ya no es una cuestión meramente conductista sino motivacional. ¿Cómo es posible que no respondamos a un salario, a una bonificación económica, a un ascenso?
Te lo voy a contestar volviendo a la escuela. ¿Sabes que a tus alumnos las notas que menos les preocupan son las de Educación artística? Claramente prefieren un aprobado y con nota, pero su trabajo en estas materias (música, plástica, teatro si lo hay,...) no está producido por ellos en función de la nota. Y de verdad que no tiene que ver con ese manido concepto de la asignatura "maría". Tiene que ver con la metodología de aprendizaje. Tu alumno, tu alumna, va esmerarse en interpretar esa pieza, en la realización de ese baile, en esa composición, en su dibujo, en la escultura, coloreando, dibujando, expresándose, con la plastilina, con el barro, con los pinceles,... Y se va a esmerar más que en la cuenta de matemáticas.
Ves por donde voy, ¿no?
Ese incentivo que es la nota numérica, no funciona para el desempeño de actividades creativas o con un desempeño competencial de los conocimientos. Ese número, ese criterio que todos seguimos (yo la primera) como cuantificador de los conocimientos de tus alumnos no mide su capacidad de respuesta, no mide su creatividad o la destreza en la toma de decisiones. No estamos pidiendo que usen su caja de chinchetas, pedimos que usen la vela.
En este momento tan extremadamente delicado que vivimos en el cual un cambio sistémico se advierte en todos los importantes terrenos del pensamiento humano, pero con especial énfasis en la economía y en la educación; no podemos seguir trabajando con recompensas externas al aprendizaje. La herencia que los modelos económicos nos ha dejado, nos habla de una estructura que no está planeada para proporcionar a nuestro alumnado estrategias de pensamiento crítico, sino obediencia y amor por lo material. La educación es más que esto y dejar la creatividad relegada a las materias artísticas es totalmente ridículo y un desperdicio. Los nuevos perfiles profesionales no van encaminados a búsqueda de productividad mecánica, sino creativa y proactiva.
Por una educación que tenga en cuenta la caja, busquemos un futuro alternativo para que esa vela alumbre con éxito.
La imaginación es más importante que el conocimiento.
Albert Einstein.
1 comments
Es un artículo muy interesante!!
ResponderEliminarTe sigo en blogger y te invito a seguirme en blogger :)
Un abrazo