Crianza sábado, 15 de mayo de 2021

¡Feliz día de la familia diversa!

Hoy, 15 de mayo, se conmemora en todos los países del mundo, el Día Internacional de la familia. Desde 1994 (aunque con tradición desde la década de los 80), las Asamblea General de las Naciones Unidas, nos recuerda que las familias somos el núcleo central de nuestra sociedad, dedicando un día al año a conmemorar esta unión, este vínculo y esta convivencia, que forman parte de nuestra cultura, de nuestro modo de entender mundo y de las relaciones que se gestan entre nosotros.

Casi nada. Una estructura social que se ha mantenido a lo largo de toda nuestra historia desde tiempos inmemoriales, especialmente ligada al cuidado y al sentimiento ma/paternal; pero también a la convivencia bajo el mismo lecho, al costumbrismo de las tradiciones, a las relaciones de protección, amor y cuidado. La familia es el elemento transformador de mayor peso en nuestra sociedad, y a pesar de su gran tradición y su comportamiento, muchas veces ligado al conservadurismo; nos muestra en nuestros tiempos, nuevos modelos de entender y aceptar el paso del tiempo.

 

Familia diversa.

 

Pero ese paso del tiempo es una evolución de nosotros mismos y es evidente que el modelo tradicional de familia se ha diversificado y la estampa de familia a la que estábamos acostumbrados hace cuarenta o cincuenta años, ha cambiado y mucho. 

Si buscamos en Google, en cualqier otro buscador, en un banco de imágenes de pago o gratuitas, en Internet en general, la palabra familia; muy seguramente aparecerán imágenes de un prototipo de familia de cuatro: padre, madre y dos hijos, caucásicos, sin ningún tipo de diversidad funcional, en la mediana edad (los padres) y en la niñez (los hijos), sonriendo y muy probablemente abrazados o al menos juntos. Esta es la idea estereotipada que tenemos de familia, pues esta ha sido la idea que durante décadas nos han vendido desde los medios de comunicación. Un modelo estructurado para sacar el mayor beneficio económico de los días del padre, de la madre, los cumpleaños, las Navidades y demás tradiciones culturales que engloban a esta concepción impuesta.

Sin embargo, la evolución de la cultura, ha hecho de la tradición un sayo, como dicen en mi tierra (de la capa un sayo); pues ha aprovechado lo positivo de la estructura familiar, agrandando el significado de ponerse esta capa. Hoy en día, hablar de familia es hablar de diversidad, pues diversa es nuestra sociedad y los modelos familiares evolucionan al mismo tiempo que nuestra cultura progresa y avanza. Las familias ya no solamente son determinantes en cuestiones como la demografía o la economía, sino que en ellas reside la gran responsabilidad de iniciar los cambios sociales que nos conforman como seres evolucionados (la gran mayoría, espero).

Así que, bienvenidas sean todas las familias a esta celebración, esperando que nadie se sienta herido por no asumir los cánones que las modas económicas nos imponen

Bienvenidas sean las familias tradicionales pues no dejan de ser familias, aun con el paso del tiempo.

Bienvenidas las familias monoparentales (por decisión o por circunstancias de la vida), con sus madres y sus padres luchadoras y luchadores en una sociedad que todavía ve con el rabillo del ojo que se quiera ser madre o padre en soledad. Y que lleguen ya esas ayudas económicas a los que se enfrentan a este proceso de la crianza sin el apoyo de la pareja, que hablemos de conciliación de verdad.

Bienvenidas también las familias homoparentales, que crían y que cuidan bajo el ejemplo del amor. Basta ya de tanto prejuicio a la hora de quererse. ¿Podrá haber algo más penoso en tanta visión irrespetuosa con la diferencia que presenciamos en los últimos tiempos? Dejemos que críen los que realmente quieren dar ese paso independientemente de sus preferencias sexuales. La familia no depende de tus genitales o de tu manera de sentirte atraído por los demás. Familia es ese amor incondicional que empiezas precisamente cuando encuentras a "esa" persona que te remueve por dentro.

Y hablando de esto, bienvenidas las familias sin hijos. Sí, lo estás leyendo bien. Bienvenidos aquellos y aquellas que no quieren o no pueden tenerlos, tenerlas; pues dos también pueden ser familia sin tener la necesidad de pasar todas las reuniones sociales dando explicaciones acerca de por qué no tienen descendencia. Dos que se quieren también son familia si así lo deciden. Que los hijos y las hijas no marquen la pauta para sentir amor filial, cuando hay personas que se quieren para cuidar y querer sin condiciones. Y que vengan los lingüistas a protestar y escandalizarse en las narices de los que no pueden procrear. Familia es amor, en todas las lenguas.

Bienvenidas las familias numerosas, cada vez más escasas en nuestra sociedad, a las que todo el mundo pregunta si son del OPUS, a las que la gente asocia con lo religioso. Como si tener más de dos hijos estuviera relegado a unos pocos seres espirituales. Y bienvenidas especialmente dentro de estas a las que lo son porque la diversidad funcional llamó a sus puertas. Bienvenidas estas familias luchadoras que tienen que plantarles cara a los prejuicios para hacer valer los derechos de sus hijas y de sus hijos; que no contentas con los retos que la vida les ha dado, todavía tienen que caminar con más barreras que las impuestas. Bienvenidas las familias diversas, propiamente, pues encabezan lo que la diversidad supone los 365 días del año y sin descanso, sin ayudas, sin apoyos y un largo etcétera.

Bienvenidas las familias en las que loa padres y las madres no están, por trabajo, porque se han ido, por lo que sea; y los que cuidan son los abuelos, las abuelas, los tíos, las tías, tutores, etc. Bienvenidos aquellos que no son padres según el registro civil, pero sí a ojos de quien realmente importa. 

Y también sean bienvenidas las familias reconstituidas, donde todo se duplica y se reparte el amor como mejor se puede, porque todos podemos empezar a tener hijos o hijas que no parimos, porque ser padre sin concebir no resta valor para acoger, querer y cuidar como te permite la biología.

Bienvenidas las familias compuestas, que son el resultado de otros hogares y que hacen gala de palabras como madrasta o hermanastro, que la tradición se ha acostumbrado a castigar desde el cuento hasta el culebrón de moda. Bienvenidas estas familias que han buscado el amor de pareja precisamente para que esos hijos y esas hijas no sufran y se críen en un ambiente al que puedan llamar hogar.

Bienvenidas esas familias guerreras que pasan un proceso de adopción, con todo el amor del mundo para dar, y un proceso burócrata que desgasta y parece no acabar nunca. Y bienvenidas esas familias de acogida, un modelo que se gana toda la admiración de los que sabemos qué es ser madres y padres, y lo que supone decirles adiós. Bienvenidas y gracias, por vuestro amor altruista y vuestra fortaleza sin parangón.

Bienvenidas las familias urbanas, polinucleares y postnucleares, de hecho, mosaico, con animales o mascotas, etc.

Bienvenidos, bienvenidas y bienvenides a una nueva idea de familia, la familia diversa, que acoge a todo el que quiere dar amor. Bienvenidos sean los nuevos roles sociales, la nuevas parentalidades y bienvenida la mirada gentil fuera de toda crítica y prejuicio. En un día tal cual hoy, solamente puedo decirte: ¡Feliz día de la familia diversa! Ojalá que siga evolucionando para que nadie se quede fuera, para todo el mundo pueda decir que pertenece, para que nadie se sienta excluído y para que se respete el derecho y la convicción de ser simplemente feliz con los demás.

“No es la carne y la sangre, sino el corazón, lo que nos hace padres e hijos.”

✓Friedrich Schiller.

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