Educación
domingo, 28 de mayo de 2017
LA EDUCACIÓN EMOCIONAL NO ES PARA TODOS, UNA RESEÑA DEL I FORO FARO IMPULSA.
Ayer tuve el placer de asistir al Primer Congreso educativo Faro Impulsa promovido por Faro de Vigo sobre educación, en el cual se pretendió debatir y formar tanto desde la teoría como desde la práctica a modo de talleres, en materia de neuroeducación, educación emocional, creatividad y en general, pedagogías innovadoras y cooperativas. El lema de este foro que se desarrolló, como no podía ser de otro modo en la ciudad olívica, se podría sintetizar en la necesidad de ese trillado cambio en el entorno educativo que tenga más en cuenta el desarrollo físico y emocional del alumnado.
Así lo reafirmaron ponentes y especialistas en neuroeducación y pedagogías alternativas, haciendo especial hincapié en palabras como creatividad, convivencia y sobre todo, educación emocional. Pero en lo personal, yo me llevé otro titular, otro resumen. Para mí, este primer Foro de la educación Faro Impulsa me ha hecho reflexionar sobre una idea concreta:
La educación emocional, no es para todos.
Esta fue la idea que me rondó la cabeza durante todo el congreso. No todos somos competentes emocionales. A pesar de que la comunidad científica lleva ya varios años, por no decir décadas, poniendo en relevancia toda una serie de estudios que nos muestran la importancia de su desempeño en la infancia, no todo el mundo se ha apuntado a la revolución del cambio sistémico pedagógico. Es más, tanto la educación emocional como la inteligencia emocional, tanto la neuroeducación como la neurociencia, siguen teniendo una gran masa de personas que son contrarias a su desarrollo pues no consideran que las bases de este tipo de educación estén fundamentadas. Aquellos que consideran que la inteligencia es única y medible por los test estandarizados, aquellos que consideran que la educación emocional son una serie de compendios de contenidos y conceptos no ligados al intelecto, sino a las capacidades o habilidades. Todavía hay escépticos, pues la educación emocional, como te digo, no es para todos.
Evidentemente el perfil del docente, de la madre, del padre, del psicólogo, del educador o educadora que se presentó ayer al congreso Faro Impulsa, no es este perfil escéptico. Si echabas una ojeada muy por encima al cartel de ponencias programadas para el congreso, rápidamente te dabas cuenta de que la temática principal iba a girar en torno a un nuevo modelo pedagógico que descarta esa tendencia a vanagloriar el elemento intelectual tradicional que se mide por una evaluación estandarizada, esa que al fin y al cabo no se adapta al conjunto global del alumnado (y no quiero ser imparcial, no en esto). Pero antes de profundizar en esta idea de que la educación emocional no es para todos, te concreto que se citaron más de medio millar de personas (en torno a unas 700): profesores, docentes, psicólogos, pedagogos, expertos en materia de aprendizaje, neuroeducación e innovación educativa, padres y madres y hasta una profesora de Universidad. No, no es una broma. Sólo había una.
De entre más de medio millar de personas interesadas en el ámbito educativo, sólo una levantó la mano cuando se preguntó por la incidencia de su colectivo en el Palacio de Congresos Mar de Vigo. Como bien ella expresa, algo está fallando en la educación actual española. Si a un evento en el cual una porción a mi entender muy representativa de la comunidad educativa del entorno, se toma las molestias de madrugar un sábado a las nueve de la mañana; no cabe esperar que de esta porción, la representación de profesorado universitario sea tan nimia. Razón por la cual, me reafirmo en mi conclusión:
La educación emocional, no es para todos.
Evidentemente en este tipo de congresos suelen estar los que no necesitan aprender sobre educación emocional, o los que están familiarizados con la terminología más actualizada del ejercicio de la docencia. Siendo honestos, todos recordamos en este tipo de eventos a ese compañero que sí debería estar, a este otro el cual le vendría bien ampliar ciertos conocimientos, el que necesita asistir a nivel como el agua en el desierto, etc.; pero los que van son realmente quienes no suelen necesitarlo. Porque están actualizados, porque viven las dinámicas de transformación del profesorado, porque ya están en esa visión formativa y aun así, van. Y lo hacen, como he podido comprobar con una sonrisa en la cara, con el aplauso por bandera, con la gratitud por cada palabra que reafirma sus creencias educativas. No, la educación emocional, no es para todos, o si no, habría hoy más profesores universitarios en el foro. No a todos interesa. Y ojo, que no digo que por conocer mucho sobre neuroeducación o educación emocional no se pueda aprender en estas jornadas, porque se aprende y mucho.
Pero no sólo por esto digo categóricamente que la educación emocional, que la neuroeducación, no es para todos. Jesús Guillén, ponente del congreso y profesor del Posgrado de Neuroeducación en Barcelona y autor de Escuela con cerebro (blog sobre neurociencias y neuroeducación), me dio la clave en su discurso cuando dijo algo evidente, algo que todos conocemos en cierto grado. El profesorado que quiere impartir educación emocional, lo ha de hacer de una manera natural, no desde una hora de tutoría, no desde una asignatura concreta en un horario específico, sino de un modo que fluya desde el sentido común y aunando criterios con las familias. No es para todos, no. No es para aquellos que la usan como comodín de la última sesión de la mañana (porque no darle la misma consideración que a otras materias), no es para el que no quiere abrir las puertas a la comunidad educativa, no para el que lo hace por ese "quedabien" de decir, algo hago. Es para emplear de un modo globalizado con el resto de asignaturas, es para que forme parte del Proyecto Educativo de centro, es para que se respete y se considere su importancia.
El neuroeducador y autor del libro Neuromitos en educación: el aprendizaje desde la neurociencia añadió además, que el docente que quiere implementar la educación emocional en el aula, debe primero tener un equilibrio emocional a nivel personal. Esto que parece también, algo evidente, excluye a muchos docentes, por un motivo muy simple. Somos una generación a la que no han educado emocionalmente, por tanto nuestro equilibrio emocional muchas veces brilla por su ausencia. Si queremos llevar la educación emocional a las aulas, tendremos que formarnos primero, que empaparnos de su contenido y vivenciarlo. No, me reitero, no es para todos. No es para el que no reflexiona sobre un cambio en las dinámicas de clase, sobre el modo en cómo nos dirigimos al alumnado, sobre las agrupaciones y el modo de trabajo, de establecerse relaciones entre iguales. Si no somos capaces de entender cómo el manejo y la autorregulación emocional en primera persona es el primer paso para trabajar la educación emocional en el aula, no estamos preparados. Sería como enseñar a hacer integrales sin conocer los números. Por tanto, no es para todos, no.
¿Para quién es, entonces, la educación emocional?
Pues para los que tienen valor. Los que se levantan cada mañana y deciden enfrentarse a las instituciones que ahogan con burocracia rancia de años pasados, los que deciden dar "ese paso" del que tanto se habló en estas jornadas. Un paso que puede ser un comienzo y también un paso que muchas veces no nos dejen dar, pero llenos de valor sí podemos comenzar el camino. Porque ese camino sólo depende de nosotros.
Mesa redonda del I Foro Faro Impulsa de Faro de Vigo. FUENTE: Faro de Vigo |
Así nos lo contaron en la mesa de debate Pedro Sarmiento, Javier García, Laura Llauder, Andrés González Bellido, Bertila Fernández y el moderador Manel Rives, que insistieron en la necesidad de dar ese paso adelante, de remodelar el sistema educativo en las Universidades, de apostar por la convivencia y por la inclusión, de adaptarse a los cambios que como sociedad estamos gestando, de considerar el paidocentrismo como única opción.
Hablaron largo y tendido sobre la necesidad de crear un buen clima de aula y de centros, de trabajar mediante metodologías que fomenten la creatividad, de la importancia de las materias artísticas en el desarrollo infantil, pero sobre todo de la importancia de que se genere un movimiento de cambio en los modelos educativos. Insistieron en que el cambio está en esos que tienen valor, los que dan el paso adelante.
Ya lo dijo Jesús Guillén en relación al Efecto Pigmalión, apoyado por un análisis de metadatos de miles y miles de estudios científicos. Lo que más afecta o de lo que más depende el logro y capacidades de un niño, no es más que la opinión que el adulto tenga de él o mejor dicho, sus espectativas con relación a este desarrollo. Ya sea profesor, madre o padre, la idea de éxito o fracaso que maneje del niño será determinante. Lo hemos hablado mucho, aquí, en Atención selectiva. Por tanto, si las espectativas que de él se tengan son lo que más influye en sus resultados académicos, demos el paso. Coraje y valor.
La educación emocional, la neurociencia, la creatividad no son para todos, pero los que sean valientes, tendrán recompensa.
Un brindis.
Y se ofreció un brindis muy significativo, un brindis por el cambio. Y es que no es para todos el brindis. Y no me malinterpretes, no es que no se quiera invitar a la gente o excluír, lo que sucede es que, y en palabras de Andrés Bellido:
Detrás de la educación no puede haber milagros ni magia sino esfuerzo.
Y ese esfuerzo, es del que se ilusiona tanto como del que trabaja a diario por cambiar la educación. Si pedimos un brindis por el cambio, que se sumen los que estén preparados y los que no, aun estamos a tiempo.
Así acababa su ponencia Jesús Guillén, pero aquí en Atención selectiva, queremos hacerte brindar cuando estés preparado. Y acabo esta reseña con una última reflexión del I Foro Faro Impulsa de Faro de Vigo, la que nos propuso el finalista de los Global Teacher Prize, David Calle, que estuvo a mi manera de ver las cosas soberbio, con esta frase:
Lo que hagas puede ser insignificante, pero es importante que lo hagas.
✓Mahatma Gandhi.
Y tú, ¿crees que la educación emocional es para todos?
3 comments
Hola Elvira.
ResponderEliminarInmensa reflexión, enhorabuena.
Últimamente estoy "buceando" mucho en el tema educación emocional y neuroeducación. Tengo sobre la mesa libros de Romera, Bisquerra, Aguado, Toro, Mora Vicente... Algunos de ellos ya los he leído; otros, estoy en ello. Creo firmemente en la necesidad de conocer y formarse en la gestión de las emociones y en cómo funciona el cerebro, pues lo entiendo indispensable en nuestros ámbitos profesional y personal.
Ayer, al igual que tú, he disfrutado con el nivel de las ponencias. La ausencia de profesorado universitario (yo conté a 3) no es algo que me preocupe especialmente, pues la labor de l@s maestr@s depende más de nuestro aprendizaje diario que de esos 3 ó 4 años.
Todo@s somos diferentes, y de ahí nuestra riqueza. También creo que la educación emocional no es para tod@s, y así debe seguir siendo. Y te voy a explicar el porqué: el ponente que más expectativas creaba de los que asistieron a ese foro era, sin duda, David Calle, el cual no basa su trabajo directamente en la educación emocional ni en la neurodidáctica, ni siquiera tiene formación pedagógica, aun así hoy es considerado uno de los 10 mejores maestros del mundo. David Calle supo "darle la vuelta" a una adversidad (quedar sin trabajo), tuvo el coraje y la valentía de ayudar "gratis" y, sobretodo, sabe conectar con l@s chavales...
Una orquesta suena con armonía porque todos tocan "la misma partitura", pero son muchos y muy diferentes los instrumentos que suenan... y también l@s music@s.
Sólo puedo decir que la educación emocional no es para todos... y que así sea, por mucho tiempo.
¡Hola, Óscar! ¡Muchísimas gracias por tus bellas palabras! Tú reflexión sobre el Foro Faro Impulsa ha sido hasta poética, me ha encantado.
EliminarPrimero que nada decirte, a colación de tu interés en la educación emocional, que me encanta estar conectada con personas que navegan en la misma línea de renovación pedagógica, con todos los que día a día, dais "ese paso". Concuerdo totalmente en lo que dices sobre la formación del profesorado. Ese es el gran valor del profesorado español, su dedicación, su formación, su entrega que supera con creces mil oposiciones. También yo conté más docentes universitarios, y probablemente más que esos hubiera, pero no me pude resistir al tweet de la profe Maruxa.
¡Y fantástico, David Calle! No me quise extender más en el artículo, pero me quedaron muchas cosas cosas sobre su ponencia auténtica y de corazón. Un docente altruista como pocos, el Global Teacher Prize es poco premio para alguien tan grande...
Pero lo que más me ha gustado de tu comentario es ¡esa comparación con la orquesta Precioso...
¡Gracias, Óscar, por embellecer este sitio con tu comentario!
Trabajar la inteligencia emocional en los niños es la clave para fortalecerlos y poder evitar trastornos emocionales y sociales en el futuro, si quieres prevenir que tus hijos sufran Bullying y tengan una mejor autoestima,esto te interesa https://www.amparocalandinpsicologos.es/curso-de-inteligencia-emocional-para-ninos/
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