Somos música.
Desde que estamos en el vientre de nuestras madres, nos definimos por un comportamiento musical y universal. Ese sonido recurrente que marca nuestros primeros compases, el corazón de nuestras progenitoras, esa obertura; representa el inicio de nuestra vida musical. Comenzamos entonces nuestra andanza en la vida exterior con nanas que nos sedan la vida y entonamos nuestros primeros intervalos para imitar la comunicación de los otros. Antes de hablar, cantamos. Porque la música es un comportamiento eminentemente social.
Recordamos...
Recordamos...
Nuestra canción favorita de la infancia,
aquella de los dibujos animados que tanto nos gustaban.
Ese grupo de música que compartíamos con nuestros amigos de la adolescencia,
del que ahora renegamos.
La canción de aquel amor de verano.
La música que sonaba el día de tu boda.
La música que sonaba el día de tu boda.
La música de nuestra generación.
Un himno.
Mi folclore...
Un himno.
Mi folclore...
Pero también...
Aquella melodía de esa banda sonora
de la película que vi en el cine en el 94
y no recuerdo su nombre.
Aquello que me cantaba mamá cuando lloraba.
El tarararaaaaaaa con el que comenzaba la pista nº 2 de la cara b del disco
que me regalaran aquellas Navidades.
Lo que sonaba en la peluquería.
Lo que estaba entonando aquella mujer del metro.La canción que cantabais con vuestra profesora de 3º de la EGB...
de la película que vi en el cine en el 94
y no recuerdo su nombre.
Aquello que me cantaba mamá cuando lloraba.
El tarararaaaaaaa con el que comenzaba la pista nº 2 de la cara b del disco
que me regalaran aquellas Navidades.
Lo que sonaba en la peluquería.
Lo que estaba entonando aquella mujer del metro.La canción que cantabais con vuestra profesora de 3º de la EGB...
Vivimos miles de momentos acompañados de notas por las cuales nos vamos deslizando en la melodía de la vida.
Somos música y la música se fusiona con el recuerdo, con la memoria.
Somos música y la música se fusiona con el recuerdo, con la memoria.
Hay quienes evocan mediante olores, mediante sabores, que evocan rincones lejanísimos por una sensación general vaga pero estable. Tenemos muchas maneras de recordar, pero ninguna como la música. Ninguna tan íntima, tan agradable y excitante al mismo tiempo. Ninguna que nos sitúe en el corazón de nuestros recuerdos. Porque de hecho, se mantiene en nuestra memoria por años, consiguiendo lo que horas de estudio no producen. Recuerdos estables.
Así que, si ahora mismo, una melodía te viene a la mente como resumen de los tuyos, esto es lo que tienes que saber.
Así que, si ahora mismo, una melodía te viene a la mente como resumen de los tuyos, esto es lo que tienes que saber.
El efecto de congruencia con el estado de ánimo.
El efecto de congruencia con el estado de ánimo consiste en nuestra tendencia a percibir y recordar información positiva cuando tenemos un estado de ánimo positivo, y a percibir o recordar información negativa cuando nos encontramos en el caso contrario. Pero no sólo esto, sino que también influiría en nuestra manera de procesarla. Este fenómeno que se da en relación a la memoria en general, mantendría que el estado de ánimo está íntimamente ligado con recuerdos de nuestras vidas de forma directa. Es decir, unidos mediante una relación de congruencia.
Además, algunos autores como Bowen y Schwarz, afirman que el estado de ánimo de una persona ejerce un efecto de congruencia no sólo con su memoria, sino también con nuestros juicios sociales. De este modo, cuando nos topamos con un estado de ánimo negativo, o depresivo, nos resulta más fácil juzgar a los demás de modo negativo (o a nosotros mismos, inclusive). Y obviamente, acontecería lo contrario con los juicios sociales que emitimos en momentos con un estado de ánimo positivo.
En este punto, la percepción musical actuaría como un detonante de optimismo que nos ayudaría a ver nuestra realidad de un modo más agradable.
La música es, pues, una bomba de felicidad.
Por esta razón,
Nunca dejes de ir a un concierto,
canta,
baila,
escucha música todos los días,
siente tu melodía,
enamórate de las notas,
déjate llevar.
Seguro que tu memoria te lo agradece.
Supongo que quedaría muy manido decir por mi parte eso de que:
"La vida sin música sería un error",
del gran Friedrich Nietzsche. Así que dejémoslo hoy con que, la música minimiza el error, sin ánimo de acercarme al gran pensador.
5 comments
Muy bueno, no soy músico. Pero día a día escucho horas y horas de canciones. Las cu@les me producen esos efectos que mencionas. Para abstraerse de la realidad, para reír, etc. Saludos!
ResponderEliminarNo es necesario ser músico para sentir la música. Hasta los más pequeños se dejan llevar por su magia. Gracias por pasarte!!
EliminarFantástico Elvira!!!
ResponderEliminarGracias, Rosa! Un abrazo!! Y fantástica tú!!!
EliminarEn la producción musical, especialmente en géneros como la electrónica, la congruencia entre la música y el estado de ánimo es esencial. Los productores utilizan sonidos, ritmos y estructuras armónicas para evocar emociones específicas en los oyentes.
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