Educación miércoles, 1 de marzo de 2017

UNA VEZ MÁS, ATENCIÓN SELECTIVA.



Los años pasan... De hecho parece que fue ayer cuando empezamos a hablar de atención selectiva y ya llevamos dos años aquí. Mucho hemos aprendido de unos y de otros, del debate y del análisis de otros puntos de vista diferentes a los que proponemos. Y aquí estamos, haciendo balance de estos dos años compartiendo en la red. Por eso me gustaría hacer una revisión sobre el término de atención selectiva, algo que me pedís muchos de vosotros.











 

Ayer hizo exactamente dos años que empezamos a hablar en este blog sobre atención y sobre todo, acerca de lo relevante en materia educativa para los niños de hoy en día. En ese 28 de febrero de 2015, el deseo irrefrenable de hablar sobre los sentimientos durante la gestación, esa atención selectiva a la hora de afrontar la maternidad, fue el inicio de un viaje apasionante...

Tócala otra vez, Sam... ¿Qué es atención selectiva?


La atención selectiva, es un proceso psicológico que se entiende desde el punto de vista de la capacidad de procesamiento de la información. Como tantas veces explicamos por aquí, nuestros cerebros son máquinas increíbles, que tienen una capacidad para manejar la información proveniente de los estímulos exteriores y de realizar diferentes tareas al mismo tiempo. Son impresionantes. Pero, esta capacidad es limitada. Como es lógico, podemos almacenar información hasta un punto y en este sentido, la atención juega un importante papel. Cuando el cerebro dice "basta", la atención selectiva dice "esto sí, y esto no". Pero no cualquier tipo de atención. "Esto sí, esto no" es una frase que firma la atención selectiva.  

"Esto es importante",

nos dice, 

"tienes que verlo, que escucharlo, que sentirlo y procesarlo".

"Pero esto otro, no tiene importancia ahora, así que deséchalo y ganarás espacio extra". 





Nosotros te proponíamos en nuestra primera entrada el ejemplo del que espera el nacimiento de un hijo. El que va a afrontar la maternidad o la paternidad por vez primera, directamente desecha todo tipo de estímulos que pudieran parecer importantes por uno que gana protagonismo por encima de todos los demás, el futuro hijo. Por eso los despistes, por eso la felicidad de quien vive despreocupadamente, por eso el hecho de ver carritos de bebé y mujeres embarazadas por todas partes; porque el estímulo más importante es el niño o la niña que vienen en camino y nada más importa. 

Mucho debiéramos de aprender de esta situación. Ese momento de felicidad inmensa, de vivencia sana de lo importante en la vida, pero pocos meses después, volvemos a la realidad rutinaria y nos olvidamos de ese momento de aprendizaje. 

Yo siempre digo que la atención selectiva debiera ser una filosofía de vida que transmitir a los niños, que debiéramos educar con atención selectiva, aunque muchas veces soy yo quien no cumple este propósito. ¿Te imaginas qué interesante sería enseñar a nuestros chicos a seleccionar qué estímulos son importantes y qué estímulos son desechables? Sin adoctrinamiento, desde el punto de vista de la educación emocional, aprendiendo de un modo proactivo y creativo. Aunque lo cierto es que hacemos todo lo contrario. Nosotros nos plantamos delante de un niño y lo que hacemos es sobre estimularlo hasta que no sólo el cerebro diga basta, sino que el niño lo grite a pleno pulmón. Un estándar de aprendizaje más, un examen, una actividad extraescolar, otra expectativa, otra hoja de deberes, otra prueba estandarizada, otro ranking, y otra nueva metodología a ver qué tal, otro idioma, otro... Y claro, aquí viene nuestra atención selectiva, para nada entrenada, siempre obrando de forma inconsciente. ¿Qué importa más? ¿Acaso el estándar, o jugar en el parque? ¿Es el examen o ver la tele? ¿La actividad extraescolar o jugar? ¿Los deberes o salir con los amigos? 

Lo cierto es que prestar una atención consciente a todo los que nos rodea, a todos nuestros estímulos, nos lleva a una situación de confusión, de distracción y a una incompatibilidad con la realización de tareas de una manera ordenada. Nuestros chicos están haciendo caso y obedeciendo, como es lógico a su estructura genética que les dice, por el carácter adaptativo que la atención selectiva ha ganado con los años, 

"selecciona las actividades que te sean más relevantes ante las que no lo sean, para evitar sobresaturarte de información".

Por tanto, la atención selectiva es ese proceso psicológico presente en todos los seres humanos de todas las edades que incide en la selectividad de recepción de estímulos del exterior por un procesamiento de la información, así como la selectividad en la elección de respuestas a dar.


¿Por qué es tan importante tener en cuenta la atención selectiva en educación?



Pues a pesar de que en estas letras ya lo dejo bastante claro, todavía hay más que añadir por si no te he convencido. La atención selectiva debiera trabajarse desde los primeros años de edad en los niños, pues favorece la concentración en la tarea y una vida en general, más equilibrada. Es esa voz de la conciencia que nos dice que no podemos hacerlo todo a la vez, que no podemos estar en todo a la vez, que no podemos preocuparnos de todo al mismo tiempo, que somos limitados.

La atención es un mecanismo que regula toda una serie de procesos cognitivos como la memoria, el razonamiento, la percepción, etc. Entrenar por tanto la selectividad en la atención estaría relacionado con la mejora en todos estos campos, pero también en muchos otros relacionados con la inteligencia emocional. No nos olvidemos que los últimos estudios sobre depresión y sus causas, correlacionan la atención selectiva con la negatividad y los estados de ánimo negativos. Eses "todo lo hago mal", "todo en mi vida es un desastre", "no valgo para nada"; no son más que creencias o sesgos atencionales que poseen las personas que tienden a un estado depresivo. Y los estados depresivos también influyen en lo cognitivo, como es natural.

Trasladado al mundo infantil y juvenil, los procesos de atención selectiva nos ayudan a redireccionar no solamente esos factores decisivos en la vida académica de los niños, sino también a crear hábitos emocionales saludables. Focalizar su atención en un punto de vista positivo también es un modo de educar. Y por este motivo, aquí, por otros dos años o por los que nos queden, nos seguiremos poniendo muy pesaditos con La atención selectiva.

Gracias por leernos.

Para lograr todo el valor de una alegría has de tener con quien repetirla.

Mark Twain

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1 comments

  1. Mi bebe de 3 meses es muy selectivo al momento de darle la atención a alguien o a algo, si llegamos a un lugar que no conoce observa las cosas de alrededor y aunque le hablemos tarda mucho para voltear.
    No se si este bien o como mamá le pueda ayudar en algo...

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