De verdad, que no me lo digas más...
Tú que eres madre, tú que eres padre primerizo, tú que eres tía de gemelos, tú que fuiste madre hace veintisiete años, tú que eres padre de un adolescente, tú que lo sabes... No me digas más, DISFRÚTALO, que vuelan.
¿De verdad crees que no me he dado cuenta? ¿Crees que no he notado que este año y medio escaso se ha pasado como un suspiro? ¿Crees que no siento su peso? ¿Crees que no soy consciente de que ya no paso por las puertas con mi hijo en sentido horizontal? ¿Crees que no he visto almacenada la ropa de meses, el calzado por números chiquititos, los biberones, los juguetes de bebés? ¿Es que piensas realmente que no soy consciente como tú lo fuiste, como lo eres, de que crecen rápido?
Claro que sé que vuelan. Es necesario repetirlo hasta la herida. Claro que sé que crecen. Y por desgracia, es un placer amargo verlo todos los días. El que diga lo contrario, miente. Claro que sé que no son muñecos, que tienen que seguir adelante, que algún día tendrán mi edad y probablemente mis preocupaciones, que no son de mi propiedad. Claro que sé que es lo natural, que es así la vida.
Pero... Es que no me lo dices solamente tú, me lo dicen todos. Y me lo dicen tanto, que esa manida frase de "si me dieran un euro cada vez que...", te juro que es catárquica en esta situación.
Nunca fui amiga del refranero popular ni de la frase correcta del tiempo en el ascensor. Supongo que no me van las falsedades, pero en un intento por ser lo que la sociedad entiende como "normal", he caído en los típicos tópicos del madre no hay más que una, de la teta como ¿postre? y de mil chorradas más. Pero yo con esto no puedo. He intentado verle un lado positivo, desde ese compartir un hecho que es alegre a la par melancólico y que despierta mil emociones en un padre. Ese sentimiento al verles crecer, volar. Ese lado integrador y social del que comparte un mismo sentir, pero ni aun así.
No me digas que lo disfrute como si no lo hiciera ya, o no me hagas sentir culpable si no paso el tiempo que considere suficiente según tus expectativas.
Nunca fui amiga del refranero popular ni de la frase correcta del tiempo en el ascensor. Supongo que no me van las falsedades, pero en un intento por ser lo que la sociedad entiende como "normal", he caído en los típicos tópicos del madre no hay más que una, de la teta como ¿postre? y de mil chorradas más. Pero yo con esto no puedo. He intentado verle un lado positivo, desde ese compartir un hecho que es alegre a la par melancólico y que despierta mil emociones en un padre. Ese sentimiento al verles crecer, volar. Ese lado integrador y social del que comparte un mismo sentir, pero ni aun así.
No me digas que lo disfrute como si no lo hiciera ya, o no me hagas sentir culpable si no paso el tiempo que considere suficiente según tus expectativas.
Así que te lo voy a pedir aunque sea por aquí, no me lo digas más, que soy yo quien le dio las alas.
0 comments