Cada
día me sorprende más lo que puede llegar a hacerse viral en nuestro caótico
mundo 2.0. Recientemente ha inundado las redes sociales un comentario de Twitter,
la popular red de nanoblogging, acerca de la falta de ortografía de una docente
que Arturo Pérez Reverte calificaba como basura. El periodista y escritor, que
es miembro de la Real Academia Española desde 2.003, muy activo en la red
social; era objeto de una llamada por parte de otro usuario que se quejaba de
una corrección de la profesora de su hija.
No dejes la oportunidad de hacer algún comentario a
esta entrada. Al fin y al cabo, todo el mundo ya ha opinado.
LA ATENCIÓN SELECTIVA: Un error lo tiene cualquiera. |
El
hecho de que el popular diario digital Huffington
post, escribiese un artículo comentando los agravios de la clase de lengua
y se hiciese eco de la burlesca comparación con la desconocida (hasta ahora)
maestra, hizo que el fenómeno bola de nieve se mostrase en su más enfático
esplendor. Los comentarios de un amplio número de usuarios de Twitter no se
hicieron esperar, divididos en torno al desagrado ante un “hechaba” nada fáctico y la defensa de que un error lo tiene
cualquiera.
LA ATENCIÓN SELECTIVA: Sacando la basura... |
Evitando
cualquier tipo de corporativismo, dejaré claro que soy docente y que tengo a
día de hoy faltas de ortografía. No muchas, ni muy importantes, pero las tengo.
Y es necesario que reescriba nuevamente un texto antes de presentarlo o
hacerlo público ya sea en mi trabajo como en cualquier otro medio. No es algo
que me preocupe y soy consciente de que debe ser algo propio de una inmensa
mayoría -aceptada como normal y con un intelecto sobre la media- de la
población, cuando no sólo existen normativas y reglas ortográficas las cuales
poder consultar sino también herramientas que nos ayudan a escribir mejor. Véanse
los correctores ortográficos, por poner un ejemplo.
El
caso es, que ésta, mi humilde opinión, no es la de todos. No es la de Pérez
Reverte, ni la del usuario @NTXO1, ni la de una gran cantidad de personas (entre
las que puede que te encuentres) que participaron del debate ortográfico.
De
cualquier modo, cabría suponer que una maestra cualificada, que el sistema (al
que tanto se ha hecho referencia en los últimos días) ha colocado desde unas
pruebas a mi juicio objetivas y meritocráticas, no tendría faltas de
ortografía. Pero se supone, es más, que a mayor número de años en el puesto de
trabajo y de exámenes corregidos, de horas y horas de docencia, cometería menos
faltas. Pero esto NO es así. Y tiene una fácil explicación.
Aprendizaje vicario u observacional.
LA ATENCIÓN SELECTIVA: Cuando aprendemos en los zapatos del otro. |
Como
reza Bandura, el aprendizaje vicario, por imitación, de
modelado, observacional, etc.; es un tipo de aprendizaje social en el que
intervienen dos elementos: el modelo y el observador. Dos entidades
diferenciadas que favorecen el aprendizaje por medio de la observación. Este
tipo de aprendizaje nos muestra una concepción contraria al aprendizaje por conocimiento, más
pasivo, o incluso a los aprendizajes por
descubrimiento o constructivista, en los cuales el acto discente se
interioriza desde un trabajo personal e individual.
No
es necesario decir que existen un número elevado de cosas que hacemos a diario,
rutinas, que hemos aprendido mediante la observación desde que somos niños.
En este sentido
el aprendizaje observacional puede ser decisivo en las primeras etapas de la
infancia y adolescencia, teniendo en cuenta que aquellas conductas que se anclan
como rutinarias son muy difíciles de eliminar.
El
psicólogo canadiense Albert Bandura,
probó la importancia del aprendizaje vicario mediante un experimento en el cual
un grupo de niños observaban como adultos golpeaban sistemáticamente a un
muñeco. Bandura descubrió que cuanto más tarde se les permitía a los niños de
este experimento jugar con el muñeco, éstos más tendían a imitar la conducta
agresiva. Esto quiere decir que el tiempo de modelado es influyente, en tanto
en cuanto el observador tardío es más proclive a imitarlo.
En
resumen, Albert Bandura estableció en contraposición a los postulados
conductistas del aprendizaje que proponían la presencia de un refuerzo para que
este se produjera; la importancia del contexto.
El contexto en el aprendizaje social.
El
determinismo recíproco nos viene a
decir que el ambiente hace el aprendizaje como el aprendizaje hace el ambiente.
El entorno tiende a favorecer cambios en el individuo, el cual a su vez,
modifica su contexto social con su aprendizaje.
El contexto y las faltas de ortografía.
LA ATENCIÓN SELECTIVA: El contexto genera aprendizaje, el aprendizaje modifica el contexto. |
¿Y
qué podemos sacar en conclusión de todo lo anteriormente expuesto? Si te sueles
pasar por aquí sabes que es en este momento cuando voy a soltar la metralla.
Lo
creas o no, no es corporativismo gremial si afirmo que a pesar de un
aprendizaje previo de las normas ortográficas resulta evidente que un profesor,
que una maestra, que los docentes cometemos faltas de ortografía por mera
exposición (si quieres recordar el concepto te sugiero tres minutos más de
lectura AQUÍ). De hecho, a mayor número de horas corrigiendo faltas de
ortografía, más probabilidades tenemos de cometerlas. Es tan simple como
cierto. Pregunta si quieres a cualquier profesional de la educación o bien, si tú eres ese profesional, dime si
no has sufrido este lapsus por imitación.
No
se trataría de la primera vez que algún compañero me habla de una recurrente
fuerza interior que le lleva a dudar de su ortografía. Y esto es natural. Ojo.
He dicho natural, que no justificable. Pero sí es natural en el mismo momento en el cual
los infantes tienen un número de faltas de ortografía superior en concordancia
con el contexto de los últimos años en materia de comunicaciones. El contexto.
El
contexto de un alumnado inmerso en un mundo digital y global que no domina,
donde escribir con faltas de ortografía se normaliza. Un contexto más centrado
en la imagen que en el texto, donde la información se lee por ventanas y
pestañas con un nuevo lenguaje para nada normativo.
El
contexto de un profesorado defenestrado. Un grupo de profesionales con una
carga de trabajo excesiva, resultado de los años de recortes sistemáticos en su
calidad a base de reducción de personal (no hablo ya del recorte salarial o de
derechos, porque éste no influye, aunque suma). Un contexto de aplicación de
una nueva Ley Orgánica de Educación (hablo de España, aunque la situación en
muchos otros países por desgracia es similar) en tiempo récord. La misma en
contra de la cual se manifestó probablemente esta docente cuyo bolígrafo rojo
es protagonista de las mofas más novedosas en Internet. Una ley que suma un
contexto favorable a imitar un modelo ortográfico que no es correcto. Porque si
el contexto hace el aprendizaje, yo digo que esta profesional no ha tenido en
los últimos años una situación que le pudiese ayudar al buen desempeño de su
profesión. Ni ella ni ningún otro docente.
Pero
sigámonos riendo de los errores que cometen los demás en momentos difíciles,
entre agobios y prisas, bajo la presión de un gobierno deficiente en materia de
educación y gestión de los recursos económicos. Sigámonos riendo de ella, que
otros se reirán de nosotros. Porque el aprendizaje es caprichoso, y el ambiente
no para. Porque en este loco mundo internauta, nada dura para siempre, y el
contexto cambia.
LA ATENCIÓN SELECTIVA. |
No
todo error debe calificarse de necedad.
Cicerón.
14 comments
Un docente no puede tener faltas de ortografía. De ninguna manera.
ResponderEliminarRespeto su opinión y considero que no es de recibo que un docente tenga mala ortografía. Sin embargo, también creo que a un docente no se le puede juzgar por un error en concreto sin analizar el contexto. Un saludo y gracias por participar en el debate.
EliminarRespeto su opinión y considero que no es de recibo que un docente tenga mala ortografía. Sin embargo, también creo que a un docente no se le puede juzgar por un error en concreto sin analizar el contexto. Un saludo y gracias por participar en el debate.
EliminarUn docente no debe equivocarse, ni un médico, ni un periodista, ni un marino...
EliminarPero podemos equivocarnos todos.
Y si me equivoco, pido disculpas. Yo me equivoco hasta al poner la fecha en la pizarra, a veces me equivoco confundiendo nombres, hasta en un cálculo me puedo equivocar, y mira que me encantan los números. Ala, ya está bien de intentar ir derechitos como una vela, vamos a ser flexibles sin tiranías. Respetemos la ortografía como una muestra de cultura, pero nada más, es una etiqueta más; no es señal de honradez, ni de profesionalidad, ni de bondad, ni de felicidad, ni de competencia.
Me ha encantado lo que has escrito, Luisa. Coincido al 100%. Saludos y gracias por tu aportación.
EliminarA mí me ha pasado que, corrigiendo exámenes, he tenido que usar el diccionario porque ya dudaba. Si ves la misma palabra escrita mal quince veces seguidas, llegas a pensar que estás equivocado.
ResponderEliminarEfectivamente, Jose Manuel. Y esto, ¿no nos hace más humanos? Prefiero reconocer un error o una duda en el aula que jugar a convencer a mis alumnos de que soy la perfección hecha maestra. En mis clases de lengua y lingua siempre el diccionario encima de la mesa. No hay mayor aprendizaje, en mi humilde opinión.
EliminarUn docente es ser humano y puede equivocarse. Mi consejo si tienes duda en palabras solo debes consultar el diccionario o puedes buscarlo en internet en la Real academia española. Así si tienes algunas faltas ortográficas también puedes ir corrigiéndolas a través de adquirir este conocimiento. En mi opinión pienso q reverte no arremete del todo contra el docente, más bien contra el sistema de educación q cada día se convierte en mas deficiente.
ResponderEliminarGracias por el consejo, Marelys. Si lees mi comentario anterior, ya explico como el diccionario es básico en mi día a día como docente. Como verás por mis escritos, tengo faltas, pero me corrijo, como la gran mayoría en general. No es algo a lo que otorgue gran importancia. Sin embargo, con lo que comentas sobre el sistema de selección, que he vivido en primera persona, no podría estar más en desacuerdo. Las oposiciones españolas a educación son durísimas. Otros países que gozan de una fama en resultados académicos superior no lo ponen ni una millonésima parte de complejo en comparación, a la hora de acceder a la función docente. Un saludo y gracias por tu aportación.
EliminarGracias por el consejo, Marelys. Si lees mi comentario anterior, ya explico como el diccionario es básico en mi día a día como docente. Como verás por mis escritos, tengo faltas, pero me corrijo, como la gran mayoría en general. No es algo a lo que otorgue gran importancia. Sin embargo, con lo que comentas sobre el sistema de selección, que he vivido en primera persona, no podría estar más en desacuerdo. Las oposiciones españolas a educación son durísimas. Otros países que gozan de una fama en resultados académicos superior no lo ponen ni una millonésima parte de complejo en comparación, a la hora de acceder a la función docente. Un saludo y gracias por tu aportación.
EliminarUn aplauso! Eso es todo!
ResponderEliminarUn aplauso! Eso es todo!
ResponderEliminarGracias, Belén. Me gustaría hacerlo extensivo a todos los docentes que trabajan duro todos los días a pesar de las circunstancias. ¡Saludos!
EliminarEn casa de herrero, cuchara de palo.
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